Destino León: el 'Blablacar' de 1791
Una publicación en redes sociales recupera un texto publicado el 30 de octubre de 1791 en el Diario de Madrid en el que se ofrecían «personas decentes» para viajar a León en carruaje | El documento ha sido viral durante semanas
El 'Blablacar' no es un 'invento' tan moderno. No, si se atiende a las publicaciones 'históricas' que se realizaban en los periódicos de hace dos siglos.
Lo evidencia una publicación realizada en twitter durante este verano en la que se recupera un texto publicado en el Diario de Madrid un 30 de octubre de 1791.
La publicación
En ese anuncio, con León como destino final, se publicaba este texto: «El martes próximo sale un coche para la Ciudad de León con dos personas decentes; si hubiese otras dos que quieran tomar asiento en él para el mismo pueblo ó su carrera, acudirán a la puerta del Sol tienda de D. Hilario Fernández Valledor junto a la espadería, el quedará la razón en donde han de tratar este asunto».
El mensaje era claro, esas «dos personas decentes» se ofrecían a compartir el coche, lo mismo que se hace ahora con la aplicación de BlablaCar, un modelo de economía colaborativa que ya se estilaba hace más de 230 años.
Edición completa del Diario de Madrid de 1791
En carruaje
El texto no especifica el vehículo en el que se iba a viajar hasta León pero atendiendo al momento histórico y a la época lo más probable es que se tratara de un carruaje tirado por mulas propio del siglo XVIII y con una duración prevista de tres días.
Lo que sí dejaba claro el anuncio es que quien se sumase al viaje debía de cumplir unas mínimas normas de decoro, acudir a la Puerta del Sol y preguntar por más señas a Hilario Fernández Valledor.
Las paradas
A finales de ese siglo la instalación de paradas de coches de dos mulas era común. Se llamaron 'Coches diligentes de Madrid' e iban numerados. Las paradas estaban en la Puerta del Sol, la plaza de la Cebada y en Santo Domingo. Además, los coches se situaban en las salidas de los teatros a la hora en que acababan los espectáculos.
Nada más se supo de aquel viaje hasta que Bruno Espinar recuperó la imagen del diario. Una imagen viral que ahora, meses después de su publicación, sigue siendo viral.
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